Podríamos titular a esta crónica como “La historia del enfermo y el cojo”, ya que así fue nuestra participación en el Rogaine d’Osona 2014 el pasado 2 de marzo.
Seguimos en la fase de preparación para
enfrentarnos a los retos del año, y personalmente planee un fin de semana de
entrenamientos de intensidad. El sábado por la mañana tocó salida de esquí de
montaña con Raul, un par de subidas enteras al refugio de Marmotas en Vallter
que dejaron tobillos y rodillas a punto de caramelo para una sesión indoor a
base de rodillo, sentadillas y otros ejercicios de pesas en casa.
El domingo mis piernas seguían igual de
frescas que el sábado por la tarde, pero a pesar de esto hicimos un equipo con
Alex para ir al Rogaine d’Osona, 6 horitas de orientación por la zona de Sant
Bartomeu del Grau. Fue en el viaje de ida hasta Sant Bartomeu cuando ya estaba
pensando, ¿dónde me habré metido? Tendré que perseguir durante 6 horas al masai
de Alex que corre rápido cuesta abajo y corre también cuesta arriba, que
sorpresa cuando nos encontramos en la mesa de inscripciones y me dijo que la
noche antes había estado con fiebre y seguía muy resfriado, que alivio…
La carrera empezó como siempre, 15 minutos
antes de la salida entrega de mapas, no se porque pero de nuevo somos los
primeros en acabar de marcar el mapa y toca esperar a la salida. A las 9 en
punto todo el mundo sale corriendo por el pueblo y vemos que hemos escogido un
recorrido idéntico a los equipos Fubysport – Catalunya, unos veteranos de
referencia (fueron el equipo que ganó la carrera), y los Txitxonets, con los
que coincidimos mucho en ritmo y marcaje, en un bucle por todas las balizas de
la zona norte del mapa. Hacemos nuestra propia carrera, ya que estamos tocados
físicamente, pero al cabo de las horas vemos que llevamos un buen ritmo y que
no estamos fallando en la orientación, esto nos anima y hace que cerca de las 4
horas de carrera hemos completado ya el recorrido que habíamos previsto
inicialmente y nos quedan 2 horas para buscar un nuevo bucle de puntos.
Decidimos atacar la parte oeste por la Riera
de Sant Bartomeu, una serie de balizas en un barranco muy bonito y fresco que
nos hace revivir en las horas del día cuando el sol nos ataca por arriba,
acabamos el bucle en un tiempo de carrera de 5 horas y 30 minutos, ya vamos
cojos, arrastrando los pies y tropezando en cada escalón con el que nos
encontramos, decidimos no atacar nada más, a pesar de pasar a escasos 200
metros de una baliza de 6 puntos cuesta abajo, y después cuesta arriba claro
está, y nos dirigimos directos a meta unos 28 minutos antes del cierre sin
penalización.
Los resultados, nada malos, una quinta
posición en categoría sénior, que hubiese podido ser una cuarta si hubiésemos
atacado la baliza de 6 puntos, en la cola del pelotón de cabeza, y esto estuvo
muy bien, buena elección de ruta, buena orientación por parte de los dos, y un
muy buen fin de semana de entrenamientos de calidad.
Seguimos avanzando en la temporada y vamos a
buen ritmo, este año me siento bien!
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